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NO ME ENSEÑES TU CASOPLÓN

No me enseñes tu casoplón, tampoco el plato gourmet que te vas a comer, no me apetece ver tu cochazo, no tengo porqué ver tu piscina olímpica particular o tus zapatillas de cientos de euros, tampoco me gustan los relojes de quinientos, ni tus viajes a hoteles de lujo, me demuestras una gran falta de humildad, mándame fotos de montañas y ríos, esos que están al alcance de todos. Da igual si tardas cinco o diez minutos en hacer un kilómetro, o que enseñes el nuevo músculo que te has descubierto, lo que se valora es el esfuerzo. No quiero ver personas enchufadas a máquinas en hospitales posando para sacar el mejor selfie, la compasión es un sentimiento que nunca me ha gustado. No me mandes cadenas absurdas y mensajes de copia y pega que no sirven para nada. No quiero ver maltrato animal, me consta hasta donde puede llegar el nivel de maldad humana, no me hagas daño con esas imágenes, mi dolor no va a solucionar nada. No milites y actúa, ahí está la clave, no me des lecciones que tú no cumplas, empieza por tu entorno, por los que tienes al lado. Enséñame, inspírame, motívame, hazme reír, haz que sienta, que reflexione. Se original, se autentic@, que las palabras salgan del corazón, de la cabeza o de las tripas, pero que salgan de tí. No llenemos de banalidad y materialismo las redes sociales, llenémoslas de aprendizaje, de amor, de risas, de reflexión, de deporte, de protesta, de reivindicación, de lucha, aprovechemos ese gran tesoro, la libertad de expresión.


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